Visita la Última Cena en Milán
Si planea visitar el cuadro La última cena de Leonardo de Vinci, deberá comprar su boleto con anticipación ya que el número de asientos es limitado y muchos turistas vienen a Milán todas las semanas con la misma preocupación: ver uno de los frescos más famosos del genio italiano Live.
A continuación te contamos cómo comprar las entradas con antelación y dónde se ubica la obra.
¿Dónde y cómo visitar «ÚLTIMA CENA»?
Ubicación, precios y horarios de apertura
Dado que todos los días el flujo de turistas que quieren apreciar esta obra única es enorme, es muy importante reservar los boletos con anticipación. A continuación puedes encontrar la dirección del convento de Santa Maria delle Grazie, donde se encuentra El último centavo de Leonardo da Vinci, así como los precios y horarios en los que puedes visitar, pero no olvides hacer un pedido.
Lugar de trabajo: El antiguo convento se encuentra en la Piazza Santa Maria delle Grazie, a pocos metros del centro de Milán. Destaca por sus altos muros construidos con roca maciza, lo que indica la edad de su fundación.
Horarios y tarifas: La única forma de ver la obra de arte más famosa de Milán, La Última Cena, es reserva con anticipación… Vea un fresco de Leonardo da Vinci y experimente la increíble arquitectura de la iglesia en sí. Por razones de conservación solo 30 personas tienen acceso por día, lo que significa que el acceso es bastante limitado… Si desea ver la Última Cena, debe planificar su visita con anticipación, ya que las entradas se agotan rápido… Los boletos se venden en línea. Recibirás tu entrada para Email y puedes mostrarlo en taquilla en tu smartphone o impreso…
Puedes comprar tu entrada aquí: Entradas La Última Cena, donde encontrarás más información al respecto.
Entradas para «La última cena»
920 valoraciones
Evite las largas colas para ver La última cena de Da Vinci en la iglesia de Santa Maria delle Grazie. Disfrute de una breve introducción a la obra maestra del Renacimiento y al menos 15 minutos para apreciarla en todo su esplendor. * Precio objetivo
En la Última Cena Leonardo
Algo singular de este cuadro es que parece que Leonardo intentaba comprender plenamente los sentimientos de los doce discípulos de Jesús: cada uno presenta una expresión diferente cuando Jesús anuncia que uno de ellos está a punto de traicionarlo. Uno de ellos, que dicen ser de San Pedro, sostiene un cuchillo en la mano para ahuyentar el enfado de la noticia. Los demás se hablan asombrados. A cuál de los estudiantes se le conoce, porque en sus bocetos, Leonardo te identificó. Trabajó en detalle la composición de los rostros de cada uno de ellos, logrando darle a cada uno un aspecto único. Sin embargo, la figura que aparece a la derecha de Cristo tiene rasgos muy femeninos, y mucha gente piensa que es María Magdalena y no el apóstol Juan. ¿No quieres saber lo que piensas cuando ves esto?
Debes saber que la obra de da Vinci no es lo único que se puede ver en esta capilla. Ante él está la «Gran Crucifixión», obra de Donato Montorfano, otro famoso artista de Milán. Os aseguro que esta visita merece la pena tanto para unos como para otros. Recuerde que no puede tomar fotografías ni videos en esta sala.
Dos artistas inmortalizados en un monasterio dominicano
El gran logro de los dominicanos fue que dos destacados artistas de la época dejaron su huella en la decoración de su templo: Leonardo da Vinci y Donato Montorfano. Esto fue posible gracias a la intercesión del duque de Milán, Ludovico Sforza, quien esperaba convertir el templo en un mausoleo para su familia. Aunque no logró su objetivo, se aseguró de que podamos disfrutar del buen hacer de estos dos artistas durante siglos. Lo asombroso es que da Vinci no tomó ni un centavo por su trabajo, lo hizo por pura vocación artística.
La Última Cena es una de las pinturas más famosas del mundo. Fue construido entre 1495 y 1497 y se asienta sobre la muralla del antiguo monasterio dominico de Santa María de la Gracia. El tamaño del cuadro es de 460 x 880 cm. El cuadro está pintado al temple y al óleo sobre una base de yeso; algo nuevo para la época en que todas las pinturas se realizaban con la técnica del fresco.
Pero el tiempo no solo deja su huella en la vida animada, sino que los objetos también sufren. Durante la guerra, Napoleón y sus tropas se entrenaron contra la pared, y los bombardeos de 1943 derribaron el techo de la capilla, dejando la pintura abierta durante años.
El trabajo de los restauradores fue decisivo, y ahora, tras muchos años de minucioso trabajo, se ha restaurado la mayor parte del original; Gracias a esto, cientos de turistas pueden apreciar esta obra única y llevarse recuerdos inolvidables.
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